La Gata LUZ XIII

Este es una información secreta de un gato semivecino nuestro…. claro que difiero en una información: yo he conocido gatas del mismo color de mi papá Run-run.

Luces respecto a la Gata Luz
¿Qué fue de la famosa Gata Luz? Una gata que iba a ser sacrificada por ser portadora de rabia, cuyo caso causó controversia en Chile, desapareció misteriosamente a días que se ejecutara su sentencia. Transcurridos algunos meses, les cuento parte de la historia donde tuve una modesta participación. Y una revelación sorprendente.

Ahora que se han aquietado las aguas, creo que puedo contar algunos pormenores del bullado caso de la Gata Luz. Si recuerdan, el Servicio de Salud de Valparaíso había condenado a muerte a la pobre Lucecita pese a recursos en tribunales y las patadas voladoras y combos a la maleta que uno de sus dueños propinó a la prensa. Y cuando los veterinarios ya preparaban la dosis letal de anestesia y algunas fábricas de pequenes comenzaban a pedir las mejores presas, saz la gata se hizo humo.
Toda la gallada pensó que sus amos la habían fondeado en espera de tiempos mejores, pero no sé si han tratado de esconder un gato; a los cinco minutos nos aburrimos del encierro y empezamos a maullar, rasguñar, y causar estropicios. Lo que sucedió fue una brillante acción ejecutada por un puñado de gatos libres. En realidad la Luz fue secuestrada por un comando compuesto por los más selectos Ninjas Guareneros (no confundir con los Guarenes Ninja, que también son de Valparaíso), gatos negros de suprema destreza y artero cometido. La durmieron con un poco de hierba gatera y la loca ni supo como la sacaron del puerto. La verdad yo tampoco lo supe, pues la operación fue un secreto máximo. De alguna manera la trajeron a Santiago y a mí me encargaron custodiarla.
Mi contacto (ocultaré su nombre por razones de seguridad) me ordenó estar a las 22:03 en 2 Poniente con 7 Norte. Me queda algo lejos de mi territorio, y peligrosamente cerca de una casa con un seudo Pastor Inglés bien hinchapelotas cuyos vecinos siempre dejan suelto porque «no hace nada», cuando ya le ha sacado sus buenos filetes a más de algún desprevenido transeúnte. A ese gil debieran sacrificarlo. Pero bueno, decía que tenía que estar en la esquina esa, y se me dio código de señales: avanzaría un gato tabi desde la plaza, y si meneaba la cola era que todo estaba bien. Si arañaba el tronco del árbol, significaba peligro, y si estaba arriba del árbol era que el idiota del perro andaba molestando por ahí. Este último código de seguridad fue agregado a petición mía. Afortunadamente no pasó nada. Absolutamente nada. Eran las 22:06 y no había ni señas. Recién a las 22:08 se apareció el famoso tabi, que me informó que en un arbusto en la plazuela de Los Espinos estaba escondida Luz.
Allí me dirigí y claro, estaba allí custodiada por uno de los ninjas. Él se tenía que ir a buscar el transporte y yo tenía que proteger a Luz. La miré bien y era la de la tele. Salvo por un detalle. La gata era completamente café, de ese color café rojizo. Y claro, las gatas enteras de ese color ¡no existen! La Gata Luz en realidad es el Gato Luz. Arriesgar mi pellejo cuidando a una gata posiblemente infectada con rabia (si nos pillaban nos charqueaban a los dos) era una cosa, pero además hacer peligrar mi honor por causa de un gato travesti más encima entero de drogado, duplicaba el nivel de peligro.
Pero luego estos pensamientos abandonaron mi mente. «Tienes que ser open mind, Michao». Por mucho que fuera medio raro un gato que le vendió la pescada a sus dueños y al mundo que es del otro sexo y que, más encima, quizá tenga rabia, debía cuidarlo. Es que los gatos somos siempre acosados por tanto gil que si no nos ayudamos entre nosotros, ¿quién lo hará? ¿el Chapulín Colorado de los gatos?

(tomado de Diario de Michao: Un gato chileno)