Ayer cumplí nueve años…

… con humano. Sí, ayer se conmemoró la fecha en que llegué al departamento de humano todo sedado, pelado, con quince puntos y pintado de morado por el desinfectante. Nueve años desde que llegué a su departamento en calle París, cuando humana me rescató de las garras de su gata loca que me quiso hacer ir a parar al patio de los callados.

Fue un proceso largo. Recuerdo que al principio yo dormía en una cajita en el living. De cómo yo trataba de dormir en su pieza y él me sacaba y cerraba la puerta para que yo durmiera en mi zona asignada. De como tras mucho insistir, dejé de intentarlo pues siempre me sacaba. Y de aquella noche en que humano asomó la cabeza afuera de su dormitorio y me vio dormir acurrucado en el pasillo… y que desde ese día me hizo dormir a los pies de su cama.
Recuerdo también como eso fue otro proceso largo, peleando en qué lugar del dormitorio podía dormir. Al principio me dejó cerca de la puerta, luego acordamos que podía dormir a los pies de la cama, luego que el espacio podía ser en la parte de los pies de la cama (o sea, sobre ella y no abajo como antes), y como de a poco fui subiendo hasta que me dormía en su pecho.

Recuerdo cierta vez en que su compañero de departamento llegó con otros humanos y se pusieron a cocinar empanadas… de cómo se les quemaron y dejaron todo el departamento lleno de humo… de cómo humano se fue indignado a pasar la rabia paseando por la ciudad mientras yo les hacía show a los otros para que me dieran un pedacito de empanada carbonizada… y de cómo humano en el colmo de la ira me gritó «¡traidor!».

También recuerdo cuando humano y humana decidieron ir a vivir juntos. De cómo en cada cambio me ponía nervioso de que me fueran a abandonar y mordía a humana o le daba un rasguño en las piernas… cosa que nunca hice con humano porque me iba de tunda.

Recuerdo el primer departamento que compartimos los tres, con aquellas enloquecedoramente deliciosas palomas que se paraban a metros de mi y que no podía alcanzar de un salto… algo que comprobé duramente. Ese fue mi período de vuelta a la jungla. Me pasé un par semanas afuera, y cuando volví (en realidad un vecino me llevó) me encontré ¡que me había reemplazado!. Mota había llegado. Era un puntito. Creo que tenía dos meses de edad. Y así fue como comenzamos a ampliar la familia. Con Mota tuvimos crías (fueron cuatro) y cómo regalaron a todas menos a manchita.
Recuerdo la llegada de Suertudo, en nuestro segundo departamento, y cómo debía jugar con cuidado para no aplastarlo… quien lo diría… tremenda bestia en la que se fue a convertir. Juntos vivimos el tercer cambio, al tercer departamento conjunto. Allí mejoró nuestra calidad de vida, tuvimos nuevas aventuras y también perdimos a Suertudo. Pero también es el lugar donde llegaron muchos pensionistas. Por acá pasaron un par de hermanitos que duraron dos dias antes de ser regalados.
También estuvo la Susi con su camada (que fue un gran escándalo). También pasaron por la pieza-enfermería Dominó y sus hermanos. Ha sido una buena vida. Y con el corte de pelo mis amigos dicen que no represento mis nueve años. Las relaciones con humano y humana están muy bien y el gatorrista ya no me muerde las corvas. Estoy listo para los próximos 19 años 🙂

7 comentarios

Qué linda tu historia amigo querido, y de más que vives 19 años más… yo ya tengo 18…
requetemiau!

Felicidades queridisimo y respetado Run Run…es una linda historia y seguramnete vendran más por contar.

Muchos ronroneos para ti!!!

PD. Nuestra humana botó un par de lagrimas al leerla…ultimamente se emociona por todo…creo que pronto viviremos con el humano que ella tanto ama……por suerte, el nos quiere!!!!!

Guau, una larga historia… La misma edad que mi Chuky! es un montón de tiempo! Bueno, felicidades! y que sean muchos muchos años más…

Besos y Ronroneos!

Felicidades Run Run!!!! ojalá cumplas muchos añitos más junto a tus Humanos, se nota que te adoran, así que pórtate muuy bien…

saludos gatunoss

!!Felicidades hermoso Run-run!! Que hermosa historia de vida nos cuentas, te deseo que sigas así de hermoso muchos, muchos años más, y con mucha salud, y que nos sigas alegrando con tus historias siempre, te mando muchos besitos

Nelly

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