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El siglo XX
Se conserva en nuestro Archivo Nacional un inventario de la Presidencia de la República de 1901, que permite recrear la imagen que debió tener la Casa de Gobierno al iniciarse el siglo.
El inspector de palacio de la época y el mayordomo, realizaron un detallado listado de los objetos reunidos en las distintas salas de la Presidencia. De este inventario podemos citar la descripción del Salón Rojo, «llamado así por el color de sus cortinajes y tapices, reflejados en ocho espejos biselados, el que por las noches era iluminado con 64 luces de gas y 40 bombillas eléctricas» -sí, ya había llegado la electricidad-. El Comedor permitía recibir hasta 48 comensales en sus sillas talladas de roble y tapizadas en cuero; en aparadores y estanterías había «plaqué, cristalería y porcelana en número y calidad dispar, que reflejaban la familiaridad y modestia de las recepciones palaciegas».
Las habitaciones privadas de los presidentes y su familia estaban conformadas por un cuarto de baño y seis salas, medianamente amobladas con algunos catres de bronce, roperos y peinadores. Las cocheras de Gobierno, al fondo del palacio tras la casa de Moneda, guardaban siete coches y siete parejas de caballos bien aperados, con libreas negras y azules para ocho cocheros.
¿Qué austeridad, no? Igualito que ahora.
El Presidente Pedro Montt Montt, introdujo algunos cambios en la residencia de los gobernantes donde vivió en su juventud, durante la presidencia de su padre, don Manuel Montt.
Antes de trasladarse a La Moneda con su esposa hizo arreglar la habitaciones de Palacio y rejuveneció los ajados decorados y tapices de los salones de recepción. Pedro Montt fue quién mandó abrir la mentada puerta de calle Morandé, la que desde ese día pasó a servir de ingreso privado a los mandatarios.
A pesar de estos cambios, la casa de los presidentes de Chile siguió siendo de una modestia proverbial. Esta condición, y el fallecimiento del Presidente Montt, en vísperas del aniversario de septiembre, no impidieron que las celebraciones oficiales del Centenario de 1910 se realizaran en el Palacio con boato y dignidad.
Don Ramón Barros Luco no abandonó su residencia particular, pero propuso en 1913 un ambicioso proyecto de remodelación de La Moneda, que contemplaba su apertura hacia la Alameda y la restauración completa de sus fachadas en el estilo monumental de la época, siguiendo con el espíritu de lo realizado en el Bellas Artes y los Tribunales de Justicia. El arquitecto Emilio Doyere fue autor de un proyecto que no llegó a realizarse, probablemente por las repercusiones económicas de la Prime ra Guerra Mundial y la crisis del salitre. La Moneda habría quedado con una fachada bastante menos austera de la que siempre ha tenido.
Don Juan Luis Sanfuentes, electo en 1915, no se interesó en el proyecto de su antecesor, y la Casa de Gobierno conservó sus antiguas características; tampoco hizo uso del departamento presidencial y siguió viviendo en su casa de calle Compañía hasta concluir su mandato en 1920.
A partir de esa fecha se hicieron numerosos cambios y modificaciones al edificio. Los presidentes Arturo Alessandri Palma, Carlos Ibáñez del Campo, Pedro Aguirre Cerda y Gabriel González Videla hicieron de La Moneda su residencia habitual, imprimiendo cada uno de ellos su sello personal al Palacio.
Carlos Ibáñez del Campo, en su primer período presidencial, ordenó en 1929 la mayor y más importante restauración del edificio. Encargó este proyecto al arquitecto Josué Smith, quien pudo llevar a efecto una vieja aspiración de los gobernantes: darle a La Moneda una fachada hacia la Alameda Bernardo O’Higgins, principal arteria de la capital. Smith repitió las fachadas originales de Morandé, Teatinos y Moneda, conservando las líneas, molduraciones y ritmo del proyecto original de Toesca. De esta época databa el estuco de los muros, realizado con cemento y arena del Marga Marga. Los talleres y oficinas de la Casa de Moneda dejaron su tradicional recinto para nuevas dependencias de Gobierno y se trasladaron a la Quinta Normal, donde están hasta nuestros días.
El Presidente Arturo Alessandri, al ser reelecto en 1932, realizó obras fundamentales tanto en el interior del edificio como en su entorno. Dio inicio al llamado Barrio Cívico, que tuvo al Palacio de La Moneda como elemento principal; la nueva fachada sur a la Alameda se proyectó hacia la avenida Bulnes. La fachada principal hacia la plazuela de calle Moneda quedó enfrentando un amplio espacio, que se denominó Plaza de la Constitución, luego de demolerse el antiguo edificio que ocupara el Cuartel de Dragones. Dentro del Palacio hizo construir un comedor de recepciones uniendo varios recintos contiguos al Salón Rojo.
Durante la Presidencia de Juan Antonio Ríos se demolió el pabellón de Acuñación y Balanza, parte fundamental del proyecto de Toesca, reemplazándolo por el llamado Patio de los Naranjos.
Don Gabriel González Videla, sucesor de Ríos, restauró las modestas habitaciones privadas de los mandatarios, dotándolas de mayores comodidades y adelantos.
Eduardo Frei Montalva, aunque no vivió en el Palacio, se preocupó de alhajar los salones de recepción e hizo construir una sólida escalera de piedra en reemplazo de la vieja escalera de madera que pusiera don Pedro Montt en el acceso privado de calle Morandé.
Salvador Allende no vivió en la Moneda.
Luego del bombardeo e incendio sufrido por el edificio en 1973, la caída de estucos de los muros dejaron a la vista las graves alteraciones estructurales producidas a través del tiempo, las que aumentaron peligrosamente al quemarse las vigas de roble que sustentaban los pisos y techumbres. El ataque sólo dejó en pie los gruesos muros de ladrillo, cal y arena; el ala sur, ocupada entonces por el Ministerio de Relaciones exteriores resistió mejor, pues fue construida en hormigón armado.
Gran parte de las modificaciones hechas a lo largo de la historia de nuestra casa de gobierno se hicieron sin tomar en consideración un plan general del edificio y se ciñeron muchas veces a los gustos y necesidades del momento. Esto alteró el espíritu y estilo original del Palacio y, lo que fue más grave, dañó seriamente el esquema estructural propuesto por Joaquín Toesca.
La importancia del Palacio de La Moneda en nuestra historia política y cultural, así como su condición de monumento de nuestro patrimonio, hizo que el gobierno militar ordenara su total restauración, la que se concluyó en marzo de 1981.
El proyecto de restauración del Palacio de La Moneda contó con la participación de numerosos especialistas. El planteamiento básico se apoyó en la concepción original del Palacio, restaurándose los espacios y circuitos de recorrido que Joaquín Toesca diseñó originalmente. Fue en esta restauración cuando se cerró la puerta de Morandé 80.
El alhajamiento del Palacio se hizo siguiendo el mismo planteamiento de su restauración, poniéndose énfasis en que los objetos, mobiliario y colorido correspondieran a su estilo arquitectónico, el neoclásico.
Nuestra Casa de Gobierno es una obra que nunca concluye. Terminando el siglo XX o comenzando el XXI, en el año 2000, se restauró primero la fachada principal y luego todo el edificio, dándole un acabado de un blanco mate que fue muy criticado, pero nadie se acuerda que tras la reconstrucción de 1981 quedó con un color muy similar. Los 20 años de smog continuado hicieron su trabajo y enterraron en la memoria de los chilenos la imagen de una Casa de Moneda resplandeciente.
Durante los primeros días del gobierno de Ricardo Lagos se restituyó la costumbre instaurada por Frei Montalva de permitir que el público circulara por sus patios.
En conmemoración de los 30 años del 11 de septiembre, se volvió abrir la histórica puerta de Morandé 80.
una acotación, la otra casa de moneda no estuvo en coquimbo, sino en La Serena precisamente en la esquina entre las actuales calles Prat y Balmaceda a un costado de la iglesia la merced. generalmente en los antiguos libros se le llamaba coquimbo a la ciudad de La Serena indistintamente puesto que la actual ciudad de coquimbo era en esos años una aldea de pescadores y realmente se hacia referencia al rio elqui, al norte de la ciudad, tambien llamado rio coquimbo antiguamente.
buena pagina. felicitaciones.